La criminalidad
Los crímenes en sectores familiares de la sociedad, asombran a la comunidad, que debe comprometerse en una acción envolvente para tratar de evitarlos.
Eucario Bermúdez | Octubre 8 de 2013
Es aterrador el comportamiento que la sociedad esta viviendo en estos tiempos tormentosos. La criminalidad que antes se registraba solo en la población adulta , se ha ido extendiendo a la niñez, a la juventud, y casi a diario nos asombramos con los homicidios cometidos por esos sectores de la población.
Hijos que matan a sus hermanos, o a sus padres, en episodios inexplicables, o que conforman un sector alienado por el uso y abuso de drogas, por los excesos sexuales, niños, adolescentes o jóvenes que emulan por ser los mas fuertes en una oleada de atentados en las escuelas, padres que matan a sus esposas en presencia de sus hijos o nietos.
Es la efervescencia de la violencia incontenible, que sobrepasa las normas de la convivencia y el respeto mutuo y nos convierte en una sociedad en permanente temor. Lo cual debe obligar a nuestra comunidad a reflexionar y asumir una acción que comprometa todos los sectores de la población, -gobiernos, organismos cívicos y sociales, lideres comunitarios, medios de comunicación, vecindarios, en fin- para tratar de buscar correctivos a una situación que nos afecta a todos desde cualquier ángulo que lo miremos, empezando por aquellos grupos en donde las condiciones de vida no son las mejores y quizá por ello se convierten en caldo de cultivo para delinquir, hasta otros estratos privilegiados que olvidan su responsabilidad social con quienes compartimos, querámoslo o no, el entorno en que vivimos.
Hay que actuar, buscar formulas, comprometerse en un acción positiva que busque impactar la mente insana de quienes por alguna circunstancia adversa caen en el crimen, aun de sus seres mas cercanos. No les parece.